lunes, 31 de marzo de 2008

lunes, 24 de marzo de 2008

Y porque el Tema de Sexualidad

Porque todo irremediablemente se une ...............

Reflexión sobre Mujer Williche o Chilota


En una de tantas conversaciones con lamuen en comunidades williche de Chiloé, pregunté ¿es igual una mujer williche a una mujer chilota? y la respuesta automática fue no. ¿Aún cuando muchas digan que son chilotas? -pregunté-; sí, me contestaron, pero porque vivimos en la isla con ese nombre, así también somos nombradas de acuerdo a nuestros territorios y comenzamos a profundizar en el tema y claro, si vamos al contexto cultural, es así. Una me dijo “porque sentimos diferente, porque nuestro arraigo cultural es diferente, porque lo llevamos en la sangre, en la piel y en el piuke (corazón)”.

De acuerdo a esto, puedo humildemente y sin dañar susceptibilidades, hacer la siguiente reflexión de carácter personal. Cada mujer williche de este territorio vive su identidad de acuerdo a su conexión con sus orígenes, con su familia y con su historia; cada vez que nos relacionamos con nuestra mapu ñuke o ñuke mapu, seguro que la sentimos. Cuando nuestras manos escarban en su vientre para sembrar o cosechar el alimento que proveerá a nuestra familia, estamos conectándonos con un sentir especial, con un respeto que sólo a una madre se le puede tener.

También puedo decir que en cada mujer, williche como indígena, los elementos de la naturaleza juegan un rol muy importante en la vida de cada una de nosotras y si profundizamos en eso, verán que cada ciclo vital que pasamos está relacionado, por ejemplo, con la luna. Sí, con ese astro que en una vez al mes se llena y vacía con un sentido de explicación a nuestros cambios, a vivir nuestra sexualidad; algo tan íntimo y tan bello es también parte de ella. Así, podemos parir en determinada luna o marea, asimismo, morir, como igualmente sembrar, mover la tierra o elegir semillas, todo se une. Así hemos aprendido a vivir en una relación particular con nuestro entorno, con el sentido que tiene cada ser que habita en nuestro territorio, de poder luchar cada día para que nuestra cultura no se pierda o no se folklorice o se haga uso superficial de ella y no se utilice para vanamente conseguir recursos; ponerla en valor, la identidad se siente, no se compra ni se vende.

Es triste ver cómo cada vez el sistema nos apaga, cómo ante cada política de este país se deja ver que una vez más tenemos que demostrar que existimos, y ahí estamos. En los lugares más escondidos de este “Chiloé profundo”, como dice un amigo, alguna mujer con una timidez casi quejumbrosa te dirá: sí, yo soy williche o indígena y cuando nos reconocemos junto a ella, hacemos fuerza para levantar esa cabeza y decirlo con orgullo y con la ”frente bien en alto”, como me lo dice mi madre abuela. Aquí estamos, y al parir seguro que nuestras madres en un lugar de su corazón no desearon que lo fuéramos. Y hoy, cuando ya hemos crecido y estamos orgullosas de eso, le hemos cerrado un duelo de marginación social que preveían por lo que a ellas les pasó.

Por esto y mucho más, es sano cuando uno se siente con la fortaleza de hacerlo, decir ‘sí soy williche’ y existimos junto a las mujeres chilotas por elección o por territorialidad y podemos juntarnos en nuestras diferencias, porque finalmente la diversidad nos fortalece.

Agradezco así a mis abuelos padres que me enseñaron a sentir orgullo de mi origen, a la organización tradicional de la Comunidad Indígena Ancestral del Fundo Coihuin de Kompu; Asociación de Mujeres Williche Rayen Küyen y a José Santos Lincoman (Lonco Comunidad Indígena Fundo Coihuin año 1926- 1984) que era mi profesor de williche en la escuela básica, que entre canciones, poemas, historias y cuentos me enseñó los argumentos para defender a nuestro pueblo en la escuela, en su casa, en la comunidad o donde él haya estado, siempre apostó porque nosotros seríamos quienes continuemos su lucha, así nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos mientras mundo sea.

lunes, 17 de marzo de 2008

De viajes y poesía


Hoy cuando estamos terminando Wualung (verano o tiempo de cosecha) y se acerca Rimu (otoño tiempo de reposo y recuperación de la mapu ñuke (madre tierra), los invito a sentarse junto al fogon y les contare mi historia........
Mi primer viaje fue de nueve meses al llegar dos manos morenas y cálidas me acogieron con ternura y aun hoy me acarician de la misma forma , son las manos de mi madre abuela, Rosa Millalonco, Partera, que bajo la atenta mira da de mi padre abuelo, Pedro Millan, Componedor de Huesos, me dieron la bienvenida a la vida y ahi tambien comencé otros muchos viajes mas............

lunes, 10 de marzo de 2008

Asociación de Mujeres Williches de Chiloé Rayen Küyen

Esta es la organización a la que pertenesco desde hace siete años, donde se encuentras mujeres williche y no williche rurales, somos una familia que ha ido creciendo y ahora somo 56 lamuen(hermanas) que pertenecen territorialmente a las comunas de Quellon, Chonchi y Queilen, la mayoria pertenecemos a comunidades indigenas ancestrales.
Nosotras desarrollamos diversas areas de trabajo , tales como, Salud, Cultura, Derechos de la Mujer, Derechos Sexuales y Reproductivos, Desarrollo Productivo, entre otros, todos con la variable cultural incluida.
Nuestro lugar de encuentro es en la Comunidad Indigena de Weketrumao, donde funciona nuestro espacio denominado WEUPINWE "Un lugar de acogida para la mujer y su familia" , cuenta con seis terapeutas de la Organizacion capacitadas en diversas técnicas de relajación y tratamiento en base a hierbas medicinales.
Periodicamente realizamos visitas a las comunidades de Pilke, Apeche, Kompu, Lago San Antonio, para hacer reuniones donde se planifica y discute las siguientes actividades que se realizaran entre todas y se toman los acuerdos.
Tenemos una Publicación de un Libro : "Nosotras las Mujeres Williches de Chiloe", y un video que resume la experiencia de trabajo en Derechos Sexuales y Reproductivos: "Hablemos con Derecho"
Rayen Kuyen, es una organización que se inicio por el interes de sus socias y en sus primeros años trabajo financiada por nosotras y luego entramos al sistemas, legalizandonos ante la Ley Indígena.